Hoy voy a dejar un poco de banda a los zombies para hablar sobre el supervivencialismo o prepper, un fenómeno que últimamente ha sido popularizado mediante los documentales emitidos por National Geografic.
Cada vez son más las personas que se están preparando para la llegada del fin del mundo tal y como lo conocemos. Algunas motivadas por las profecías apocalípticas relacionadas con el 2012, otras por la grave situación económica financiera, otras por el temor a una gran pandemia de gripe u otra enfermedad, otras por miedo a ataques terroristas, etc.
Si bien no es un hecho aislado de esa parte del mundo, los norteamericanos son los que más profusamente se están preparando, o al menos son de los que más noticias nos llegan, especialmente desde la emisión de la nueva serie documental “Preppers, preparados para el fin del mundo “, muy posiblemente motivada por el éxito de las otras series documentales sobre supervivencia, como el último superviviente, que de unos años a esta parte se han estado emitiendo.
La serie
Cada capítulo de unos 45 minutos de duración nos muestra la preparación de cada supervivencialista o grupo de supervivencialistas ante el efecto catastrófico del suceso apocalíptico que consideran más plausible, y que van desde la inversión polar magnética al colapso económico-financiero debido a una superinflación, pasando por la lluvia radioactiva de Fukushima, la erupción del volcán Yellowstone, terremotos en la falla de San Andrés y llegando a una pandemia provocada por una gripe mutante. Normalmente en cada capítulo muestran 3 casos, siguiendo el mismo esquema: explicación del suceso y de los preparativos que se han hecho, valoración de la preparación y mejoras a realizar y, por último, posibilidad de suceder (que siempre es extremadamente baja o nula).
Después de ver todos los capítulos que hay disponibles en youtube, he sacado una serie de conclusiones. La primera es que los norteamericanos siempre tienen que preparase para defenderse de algo. Supongo que es herencia de la guerra fría. Siempre tienen que estar preparados para sacarse las castañas del fuego, ser autosuficientes y no confiar en que alguien te salvará, mucho menos tu gobierno (hay que ver lo mucho que desconfían de él), llevando grabado a fuego en el alma el no “convertirse en víctimas” y hacer todo cuanto esté en su mano para salvarse.
La segunda, es la elevada cantidad de recursos, tanto de dinero como de tiempo, que dedican a ello, afirmando con toda razón que el supervivencialismo es un estilo de vida. Respecto al tema económico, la inmensa mayoría destina ingentes cantidades de dinero (entre 80000 y 300000 dólares) a comprar suministros de todo tipo y hasta más de 3 millones en la construcción de un refugio (este era un caso especial ya que era más una inversión, como explicaré más adelante). Respecto al tiempo dedicado, variaba enormemente, siendo el habitual el dedicar entre 1 a 8 horas diarias, si bien había algún caso en el que manifestaban dedicar 20 o 24 horas al día. Para mí, no sé para vosotros, tanto un gasto como el otro, especialmente el económico, es completamente inasumible. Y del temporal prácticamente lo mismo ya que, aparte de trabajar, a lo que puedo dedicar más horas al día es a dormir, llegando apenas a las 8 recomendadas. Así que mi conclusión final a todo esto, es que para preparase a estos niveles, se necesita estar bien acomodado económicamente, para disponer de todos los recursos económicos y temporales necesarios.
La tercera es que muchos de los supervivencialistas mostraban actitudes y aptitudes contrarias a los preparativos que estaban llevando a cabo. Desde desconocimiento del uso de armas (a pesar de disponer de verdaderos arsenales), a mal estado físico (incluyendo grandes tasas de obesidad mórbida) y poca predisposición al altruismo a pesar de sus afirmaciones de querer ayudar al prójimo y reconstruir la sociedad.
Los preparativos más comunes
El primer preparativo más común es el de disponer de un refugio, normalmente en una zona asilada. Pocos eran los casos en los que se decidían por quedarse en casa y de ser así, esta se encontraba ya en una zona bastante remota o bien eran aconsejados a buscar un emplazamiento diferente. Normalmente contaban con refugios subterráneos o construidos con contenedores metálicos de mercancías (de los que están estibados en los puertos). Éstos último parece que han tenido un gran auge ya que son relativamente baratos y fáciles de conseguir. Uno de los casos más impactantes era el de un constructor que había adquirido un antiguo silo de misiles intercontinentales y había invertido más de 3 millones de dólares (aparte del precio de adquisición) para reformarlo y conseguir así un refugio subterráneo de 14 plantas, con un refugio individual de lujo en cada planta, que esperaba vender por unos 2 millones cada uno, además de instalaciones comunes tanto fuera como dentro del complejo subterráneo (la finca disponía de una valla perimetral con dispositivos de vigilancia a control remoto). La mayoría de ellos, aparte del refugio principal, disponían de un refugio secundario en otra localización, por si la seguridad del refugio principal se veía comprometida, contando con vehículos para llegar a él.
El segundo preparativo era el de disponer de una amplia despensa, algunos mencionaban suministros suficientes para sobrevivir durante 8 años un grupo de unas 12 personas, aunque lo normal era disponer de menos (1-2 años para un grupo familiar normal). Las cantidades de dinero destinadas a ello variaban enormemente; a modo de ejemplo me viene a la cabeza una familia que destinaba 800 dólares mensuales, aunque son totalmente representativas las cantidades de 80000 y 300000 dólares en hasta 10 años mencionadas anteriormente. Los suministros eran muy variados y comprendían alimentos (en conserva, secados, liofilizados, etc.), agua, combustible (tanto para vehículos como para calefacción o cocina), herramientas, ropa, medicamentos, desinfectantes, semillas, etc. En casi todos los casos, disponían de fuentes alternativas de obtención de alimentos y agua, y si no les aconsejaban obtenerlos, no teniendo así que depender de los suministros almacenados.
El tercer preparativo era, como no puede ser de otra manera en USA, el de disponer de armas. De todos los casos que he visto, si no recuerdo mal, solo había 3 que no hicieran mención a ningún tipo de armas, 2 de los cuales comentaron abiertamente su objeción a disponer de armas para defenderse y confiaban en poder llegar a una solución pacífica ante cualquier conflicto que se plantease (si bien uno de estos casos comentó que prefería compartir lo suyo y que en todo caso, siempre podría envenenarte o cortarte el cuello). Respecto a los que tenían armas, pocos eran los que solo tuvieran armas blancas, siendo mayoritarios los que poseían armas de fuego, normalmente en un número totalmente desproporcionado (73 armas de fuego diferentes para una persona) y con una amplia variedad tanto de tipos como de calibres, con el consiguiente descalabro logístico. Respecto a las municiones tampoco se quedaban cortos, llegando a mencionar que disponía de “varios centenares de miles” de cartuchos.
El cuarto preparativo era el de concienciar a su entorno, ya sea su familia, su vecindario o su comunidad, de sus inquietudes y preparativos. Esto lo hacían pues de esta manera aumentaban sus propias posibilidades de supervivencia, al haber más personas con más habilidades complementarias y suministros implicadas en el objetivo común. A pesar de su buena predisposición para con la sociedad y de sus manifestaciones de querer ayudar al prójimo y reconstruir la sociedad, parecían estar más dispuestos a recibir a balazos a cualquier desconocido, intruso para ellos, que a compartir sus bienes (otra cosa grabada a fuego en su alma es que cualquiera querrá arrebatarte lo que tienes). Casos aparte de esta generalidad eran los casos de una persona que, habiendo perdido a un familiar a causa de la gripe (no mencionaba si era la A u otra), estaba realizando preparativos para sobrevivir a una pandemia de gripe, disponiendo de suficientes suministros para su familia y su comunidad, y el de otra persona que se dedicaba a realizar un banco de semillas con el que poder cultivar alimento para todos (se entiende que los de su comunidad), si bien éste último se vio inmerso en un oscuro tiroteo debido a ello, y el de un camionero dispuesto a cruzar el país para garantizar los suministros a los supermercados, a pesar del escenario caótico, al más puro estilo Mad Max, en el que estaría sumido el mundo.
Si bien ninguno de ellos se prepara específicamente para el AZ, o no lo ha dicho abiertamente, sus preparativos serían obviamente útiles en caso de AZ, sobre todo aquéllos que disponen de verdaderas fortalezas como refugio, con fuentes de alimento, agua y energía propias que les permitirían una autonomía total.
fuentes:natgeo.com,zombiesurvivalsociety.
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