UN OBJETIVO: Con demasiada frecuencia, la gente que se ha escondido en viviendas
fortificadas se sienten tentados por las distracciones de su libertad inicial.
La mayoría de esas personas nunca alcanzan la seguridad. No pases a formar
parte innecesaria de esas estadísticas. Tu misión es escapar, nada más ni nada
menos. No mires los objetos de valor que abandonas. No caces al zombi de turno.
No investigues ningún ruido extraño o luces en la distancia. Sólo vete. Cada
desvío, cada pausa en la jornada, aumenta las posibilidades de ser encontrado y
devorado. Si por alguna casualidad te cruzas con humanos que necesiten ayuda,
párate a ayudarlos. (En ciertas ocasiones, la lógica debe dar paso a la
humanidad.) De otro modo, ¡no te pares!
ELIGE UN DESTINO: ¿Hacia dónde te diriges exactamente?: teléfono,
radio, internet, etc.?
A menudo, las personas
abandonan sus fortificaciones para deambular sin rumbo fijo y desesperanzados
por una zona abarrotada de gules. Sin un destino fijado en mente, las
probabilidades de sobrevivir al viaje son muy pocas. Usa la radio para
descubrir el refugio más cercano. Si es posible, intenta comunicarte con el
mundo exterior para confirmar que el destino es seguro. Ten siempre un destino alternativo
en caso de que invadan el primero. A menos que otros humanos estén esperando,
y a no ser que se mantenga una comunicación constante, puedes encontrarte con
una reunión de zombis hambrientos esperándote en la línea de llegada.
REÚNE INFORMACIÓN Y PLANEA TU VIAJE:
Dados todos estos
factores: ¿cuánto tiempo podríais sobrevivir tú o tu grupo en un asedio
prolongado? Asegúrate de considerar todas las preguntas cuando elijas dónde vas
a quedarte. Resiste la urgencia de precipitarte al interior del edificio más
cercano. Recuerda: no importa lo
desesperada que parezca la situación, el tiempo que dedicas a pensar de forma
clara nunca es tiempo perdido. ¿Cuántos zombis, aproximadamente, hay
entre tú y tu destino? ¿Dónde están las fronteras naturales? ¿Ha habido
accidentes peligrosos como incendios o vertidos químicos? ¿Cuáles
son los caminos más seguros a escoger? ¿Cuáles son los más peligrosos? ¿Cuáles
se han bloqueado desde que comenzó el brote? ¿Supondrá la meteorología un
problema? ¿Hay recursos a lo largo del camino? ¿Estás seguro de que aún están
allí? ¿Puedes pensar en alguna información que te gustaría tener antes de
emprender el viaje? Obviamente, uno vez que te has escondido en tu fortaleza,
reunir información puede ser difícil. Puede resultar imposible saber cuántos
zombis hay fuera, si un puente se ha derribado o si todas las embarcaciones del
puerto deportivo se han marchado. Asi que conoce tu terreno. Esto, al menos, no
cambiará con un brote. Considera dónde estarás cuando acabe el día. Asegúrate,
al menos en el mapa, de que es relativamente defendible, con buenos escondites
y varias rutas de escape. También has de considerar un equipamiento específico,
dependiendo del camino que elijas. ¿Será necesaria una cuerda para escalar?
¿Qué hay de agua extra en caso de no existir una fuente natural?
Una vez calculados todos
estos factores, considera la variantes desconocidas y formula planes
alternativos en torno a ellas. ¿Qué harás si un incendio o un vertido químico
te bloquean el paso? ¿A dónde irás si la amenaza zombi se vuelve mayor de lo
previsto? ¿Y si hieren a un miembro de tu grupo? Considera todas las
posibilidades y haz lo máximo para planearlas. Si alguien te dice: «Eh, vamonos
y ya nos las arreglaremos con lo que nos encontremos», ponle una pistola con
una bala en la mano y dile que esa sería una forma más fácil de suicidarse.
PONTE EN FORMA: Si las instrucciones
anteriores se han seguido al pie de la letra, tu cuerpo debería estar preparado
para un largo viaje. Si no es ese el caso, comienza un régimen cardiovascular
estricto. Si no hay tiempo, asegúrate de que el camino que has elegido está
dentro de tus posibilidades físicas.
EVITA GRUPOS NUMEROSOS: Cuando te
defiendes, la ventaja radica en el número. Cuando viajas por territorio zombi,
lo contrario es lo válido. Los grupos numerosos aumentan las posibilidades de
ser detectados. Incluso con una disciplina estricta, los accidentes ocurren.
Los grupos numerosos también retrasan la movilidad, porque los miembros más
lentos tienen que luchar para alcanzar el paso de los más rápidos, y viceversa.
Por supuesto, viajar solo también conlleva problemas. La seguridad, la vigilancia
y, naturalmente, dormir se vuelven más complicados si alguien intenta hacerlo solo. Para la ejecución ideal,
haz que tu equipo sea de tres personas. De cuatro a diez aún puede ser
aceptable. Cualquier cosa por encima de eso es buscar problemas. Tres miembros
permiten una protección mutua en el combate cuerpo a cuerpo, la dispersión en
las guardias durante la noche y la habilidad para que dos miembros carguen
durante periodos cortos de tiempo con un tercero que ha sido herido.
ENTRENA A TU GRUPO: Apunta las
habilidades de los miembros de tu equipo y úsalas como corresponde. ¿Quién
puede cargar con más cosas? ¿Quién es el que corre más rápido? ¿Quién es el más
silencioso en el combate cuerpo a cuerpo? Elige trabajos individuales tanto
para el combate como para la supervivencia diarios. Cuando tu equipo comienza
la marcha, cada uno debería saber qué se espera de él o ella. El trabajo
conjunto también debería ser una prioridad. Practica técnicas de supervivencia
simuladas así como también instrucciones de combate. Por ejemplo, calcula
cuánto tiempo tardaríais en empaquetar todo vuestro equipo y salir durante un
ataque de zombis repentino. Obviamente, el tiempo puede ser crítico en tu
salida. En una situación ideal, tu grupo debería desplazarse como si fuera un
individuo, actuar como si fuera un individuo y matar como si fuera un
individuo.
PERMANECE EN MOVIMIENTO: Una vez descubierto,
los zombis se dirigirán hacia ti desde todas direcciones. La movilidad, y no
la capacidad de disparo, es üi mejor defensa. Prepárate para correr en cuanto
los percibas. Nunca empaquetes más cosas de las que puedas llevar mientras
corres. Nunca desempaquetes todo tu equipo de una vez. ¡Nunca te quites los
zapatos a menos que la seguridad inmediata sea un hecho! Encuentra tu propio
ritmo. Realiza carreras a gran velocidad sólo cuando sea necesario, ya que
desperdician grandes cantidades de preciosa energía. Realiza pausas frecuentes
y cortas. No te permitas estar demasiado cómodo. Recuerda estirar en cada
pausa. Nunca corras riesgos innecesarios. Saltar, escalar y cualquier actividad
que pueda causarte lesiones debería evitarse en 1 posible. En un territorio
infestado de gules, lo último que necesitas es torcerte el tobillo.
PERMANECE INVISIBLE: Aparte de la
velocidad, tu siguiente aliado más próximo será el sigilo. Al igual que un
ratón intentando arrastrarse a través de un nido de serpientes, debes hacer
todo lo posible por evitar la detección. Apaga cualquier radio portátil o
equipo electrónico. Si llevas un reloj digital, asegúrate de que la alarma está
desactivada. Ata bien tu equipo, asegurándote de que no hay nada que haga ruido
mientras caminas. Si es posible, ten siempre la cantimplora llena (para así
evitar el ruido del chapoteo cuando te desplaces). Si vas en grupo, evita
hablar. Susurra o usa señales visuales para comunicarte. Permanece en áreas con
buenos escondites. Viaja en campo abierto sólo cuando sea necesario. Por la
noche, evita encender fuegos, linternas o cualquier otra fuente de luz. Esto
restringirá tu movilidad a las horas del día y tu dieta a raciones frías, pero
estos sacrificios deben hacerse.
Los estudios han demostrado que los zombis con ojos intactos pueden divisar la brasa de un cigarrillo encendido a más de medio kilómetro de distancia. (Lo que no se sabe es si esto les hace investigar, pero ¿para qué arriesgarse?)
Los estudios han demostrado que los zombis con ojos intactos pueden divisar la brasa de un cigarrillo encendido a más de medio kilómetro de distancia. (Lo que no se sabe es si esto les hace investigar, pero ¿para qué arriesgarse?)
Pelea sólo cuando tengas
que hacerlo. Retrasarse a causa de la batalla servirá únicamente para atraer a
más zombis. Se sabe de personas que mataron a un zombi sólo para acabar
encontrándose rodeadas por docenas más. Si el combate resulta inevitable, usa
armas de fuego sólo en las circunstancias más desesperadas. Disparar no es
diferente a lanzar una bengala. Al encenderla atraerás a los zombis que haya a
kilómetros a la redonda. A menos que tengas vías de escape fiables y muy
rápidas, o a menos que tu arma de fuego esté silenciada, usa un arma de mano
secundaria. Si no es el caso, planea una vía de escape que puedas tomar en
cuanto hayas abierto fuego.
MIRA Y ESCUCHA: Aparte de permanecer escondido, debes intentar
avistar amenazas potenciales. Vigila cada movimiento. No ignores las sombras o
las figuras humanoides en la distancia. Durante los descansos y mientras estés
en marcha, párate a escuchar a tu alrededor. ¿Oyes pasos o chirridos? ¿Están
los zombis gimiendo, o es sólo el viento? Por supuesto, es fácil volverse
paranoico y creer que hay zombis al cruzar cada esquina. ¿Es eso malo? En este
caso, no. Una cosa es creer que todo el mundo te persigue y otra muy diferente
cuando te persiguen de verdad.
¡DUERME!: Tú o tu grupo estáis
solos, intentando permanecer en silencio, intentando estar alerta. Los zombis
podrían estar en cualquier parte, escondidos, cazando. Podrían aparecer docenas
en cualquier momento y la ayuda se encuentra a muchos kilómetros. ¿Cómo
demonios se supone que vas a dormir? Parece de locos, imposible, pero es vital
si quieres resistir con vida este calvario. Si no descansas, los músculos se
deterioran, los sentidos se debilitan y cada hora que pasa reduce tus
habilidades para actuar. Muchos humanos inconscientes creyeron que su cuerpo
podría aguantar el duro viaje a base de cafeína y muchas ganas, y se dieron
cuenta demasiado tarde de las consecuencias de su estupidez. Una ventaja de
viajar durante el día es que, te guste o no, no vas a dirigirte a ninguna parte
durante al menos unas horas. En lugar de maldecir la oscuridad, úsala. Viajar
en pequeños grupos, al contrario de si vas solo, permite dormir más seguro
porque los diferentes miembros del grupo pueden hacer turnos para vigilar. Por
supuesto, no resulta fácil dormirse ni cuando hay alguien que vigila mientras
tú no lo haces. Resiste la tentación de usar somníferos. Sus efectos podrían
inhabilitarte para reaccionar si los zombis atacan durante la noche. Aparte de
la meditación y otros ejercicios mentales, no hay una solución rápida para
dormirse en mitad de una infestación.
ABSTENTE DE REALIZAR SEÑALES EXPLÍCITAS: La primera visión de un avión podría causar que intentases atraer la atención del piloto disparando tu
arma, encendiendo una bengala o una hoguera, o por algún otro medio dramático.
Esto podría atraer la atención del piloto, que podría contactar por radio con
un helicóptero o con un equipo de salvamento de a pie para que se dirigiera a
tu posición. Aunque esta acción también podría atraer a los zombis que se
encontraran cerca. A menos que el helicóptero se encuentre a unos minutos de
distancia, los zombis le alcanzarían primero, sin lugar a dudas. A no ser que
el aparato de vuelo que veas tenga la capacidad para aterrizar en ese mismo
momento donde te encuentras, no intentes mandarles señales si no es con una
radio o con un espejo. Si estos no están disponibles, sigue avanzando.
EVITA LAS ZONAS
URBANAS: (el 80% de las personas no hacen caso a este punto, lamentablemente uno de los mas vitales en la lista)No importa cuáles sean tus posibilidades de sobrevivir
durante una infestación; sin lugar a dudas, disminuirán en un 50 o un 75 %
cuando atravieses una zona urbana. El hecho simple es que en un lugar donde
vivan más personas habrá más muertos. Cuantos más edificios haya, podrán
acechar más lugares. Estos edificios, además, dificultan el campo de visión.
Las superficies de duro hormigón, a diferencia del suelo blando, no permiten
amortiguar las pisadas. Añádele las posibilidades de tirar algo, de tropezar
con los restos o de pisar un cristal roto y tienes la receta de un viaje muy
ruidoso.
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