La nota no es nueva, pero hace algún tiempo un sujeto llamado Steven C. Schlozman que presumiblemente se desempeña como profesor asistente en Harvard publicó un artículo en el cual hace un pequeño análisis sobre algunas características de nuestros torpes y hambriados amigos y de cómo esas características podrían darse en la vida real. Lo llamó Síndrome atáxico neurodegenerativo de deficiencia de la saciedad o ANSD por su siglas en inglés. Algunos de los puntos que el doc mencionó fueron que:
-Los zombies deben tener el lóbulo frontal dañado. Una de las funciones principales de dicho órgano es suprimir los impulsos. De ahí podríamos sacar la naturaleza salvaje y sin raciocinio alguno de los zombies.
-La insaciable hambre se debería a que su hipotálamo ventromedial, uno de los núcleos del hipotálamo, se encuentra dañado. Hiperflagia, que le llaman.
-Los zombies no piensan, sólo actuan conforme a sus necesidades. Debido a un desequilibrio de la corteza cingulada podría fallar la comunicación entre la amígdala y el lóbulo frontal, es decir, en caso de que la amígdala genere miedo, ira, etc… el cuerpo inmediatamente respondería a dicho impulso. Esto combinado con el punto anterior nos da el hecho de que se busque comer personas, suponiendo que no tienen nada más que comer.
-El detalle de las fallas motrices y enorme torpeza quedaría explicada con deficiencias en el cerebelo y los ganglios basales.
Con esto ya tendríamos un ser que no razona, que actúa por necesidad, tiene hambre insaciable y es torpe… sólo que, bueno, no está en descomposición. En ningún momento se menciona alguna razón por la que buscaría comer personas y no algún otro alimento y tampoco se explica que bacterias o virus podrían causar daño a esas regiones del cerebro tan específicas.
Pero bueno, el doc le hizo su luchita y al menos esos datos parecen tener sentido y respaldo médico. Igual no importa, los zombies me gustan siempre que no sea en serio la posibilidad de que coman mi cerebro.
fuentes:Los Comisionadoz
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