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viernes, 19 de junio de 2015

Consejos para manejar una actividad paranormal





Muchas veces escuchamos esta pregunta: “¿Cómo sé si los ruidos y sensaciones que percibo en mi casa o en el trabajo tienen que ver con actividad paranormal?”. Y si bien siempre sugerimos que ante cualquier duda consulten con equipos de investigación que puedan ayudarlos, existen ciertas maneras de detectar si realmente se está bajo la manifestación de estos fenómenos, sobre todo para poder discernir si aquello que sienten tiene que ver con lo paranormal o es la mente la que les está jugando una mala pasada, acompañada por la sugestión.





No todo es actividad paranormal




A menudo solemos ver o percibir que de alguna forma alguien nos observa o sentir que estamos “acompañados”. Debemos tener en cuenta que nuestro cerebro, que busca explicación a todo, intentará por todos los medios encontrar respuestas a lo que pasa. Estamos rodeados de aparatos eléctricos. Nuestras casas están cubiertas por algo que se llama velo electromagnético. Estas señales se encuentran a nuestro alrededor y en constante contacto con nuestros cuerpos. Celulares, microondas, computadoras, televisores, cableados, emiten permanentemente ondas. Nuestros cuerpos las perciben y reaccionan a esta exposición.




Cuando estos campos pasan el límite aceptable para la salud, el organismo avisa de alguna manera: con cefaléas, sensación de sentirse observado (paranoia), vómitos, somnolencia, interacción ocular, etcétera. Estas reacciones, aunque fisiológicas, suelen ligarse a fenómenos paranormales ya que tienden a confundirse con este tipo de actividad. De hecho, si consultamos con algún psíquico de esos que pululan seguramente, sin siquiera haber hecho una medición en el lugar, pueden llegar rápidamente a esta conclusión.




También tendemos a dejarnos llevar por nuestros pensamientos, que forman una cadena de hechos que pueden confundirnos. Cuando escuchamos un golpe o sentimos un cambio de temperatura en el lugar –que puede tener que ver con el mismo ambiente y la oscilación de la casa–, la sugestión se pone en marcha como una maquinaria automática que termina desencadenando una percepción de nuestro ambiente que no es real. Estos son algunos de los desencadenantes que pueden llegar a engañarnos en el caso de que tengamos la sensación de que en nuestras viviendas o lugares de trabajo está sucediendo algo que no es normal.




Creo que en mi casa hay fantasmas...




Descartando lo enunciado anteriormente, podemos basarnos en algunos cambios en los ambientes, ahondar en la historia del lugar y estudiar ciertos parámetros que detallamos a continuación para concluir si es necesario hacer una investigación porque es posible que exista actividad paranormal.




• Cambia la temperatura

Las entidades, mal llamados fantasmas, necesitan consumir mucha energía para poder manifestarse. Así, ciertas variaciones que podemos percibir en nuestro entorno pueden llegar a ayudarnos a dilucidar si existe actividad a nuestro alrededor. Tras descartar una corriente de aire o filtraciones importantes por alguna rendija, si hay cambios de temperatura muy bruscos en un lugar puede llegar a existir este tipo de actividad. Si se pudiera medir, como cuando se investiga, la variación sería no en forma gradual, sino de golpe o con sensaciones de puntos de calor o frío de cinco grados o más.




• Olores extraños

Hay dos los olores más comunes y reconocibles: el azufre y el de las flores. Si en un ámbito donde nada puede generarlo de repente se percibe un olor nauseabundo que nos impide respirar, ese olor típico del azufre, puede ser algo paranormal. Por lo general este tipo de olores se liga a entidades muy, pero muy densas y oscuras. En tanto, el aroma de flores que aparece repentinamente y sin causa alguna suele relacionarse con entidades muy superiores y bondadosas que colaboran con la expulsión de entidades oscuras. Hay otros olores vinculados, como aquellos ligados a personas que fallecieron y que se perpetúan en el lugar por distintas razones a través de un perfume en particular, el olor a pipa o a cierto cigarrillo si fumaba. Se trata de fragancias que suelen representar distintivamente a una persona.




• En el ambiente

Para manifestarse, las entidades consumen la energía del ambiente y de los componentes electrónicos que se encuentran en el lugar. Las constantes fallas en los artefactos de iluminación, la quemadura de los focos, el funcionamiento errático de los componentes electrónicos, los cambios en la presión del aire que provocan pesadez o malestar pueden estar anunciando la manifestación de actividad paranormal.




Obviamente aquí generalizamos, ya que cada caso debe tratarse en forma particular y con profesionales. En el país hay muy buenos grupos que pueden ser consultados para poder documentar y darles una explicación a lo que realmente sucede. Pero si nos toca afrontar este tipo de situaciones y no saben cómo hacerlo, les acercamos algunos consejos para que puedan manejarse de la manera más apropiada.




• No son como creemos

Debemos descartar la imagen de la sábana blanca con agujeros en los ojos que vaga por una habitación al sonido de “Buuu”. En general, cuando nos cruzamos con cierta actividad paranormal, tiene que ver con alguien que está ligado a nosotros o al lugar donde estamos. Alguien que vivió en el lugar, alguien que intenta dar un mensaje a sus familiares o sencillamente protegerlos.




Una entidad es una persona fallecida que prescinde de su cuerpo físico, un cuerpo que ha cambiado por uno más sutil e imperceptible a nuestros ojos. Esa persona mantiene su personalidad, creencias y costumbres, su forma de comunicarse. Si era buena, dulce y ocurrente durante su vida, lo será también tras la muerte. Es decir, sigue siendo como era antes de su muerte. Muchas de estas entidades suelen pasar por un tiempo de acostumbramiento y aceptación a su nuevo estado, por lo que su percepción en un determinado lugar resulta tosca y errática hasta que puedan manejar mejor la manera de comunicarse. Al “humanizar” una entidad, el mejor modo de comunicarse con ella es con respeto, entendiendo que está intentando manifestarse por alguna razón.




No todas las interacciones son positivas, ya que las entidades necesitan energía para manifestarse y, de no encontrarla en un ambiente, dispositivo electrónico, etcétera, intentarán usar la nuestra, y esa es la parte que debemos manejar con mucho criterio y cuidado. Por eso siempre aconsejamos tratar de superar la situación y dejar todo en manos de personas capaces para esta tarea.




1- El poder, siempre es nuestro


Para superar sus miedos, es preciso entender que quienes vivimos en esta realidad física somos nosotros y los que están intentando comunicarse y pasar a nuestro estadío son ellos. Las entidades deben consumir mucha energía para poder manifestarse, por lo cual, si manejamos nuestros miedos –que también emiten energía– y creamos un entorno de seguridad que la entidad no pueda manipular, su intención de manifestarse se verá disminuida. La mejor comunicación es hablarles con respeto y que si necesitan comunicar algo, lo hagan.




2- Dejarlos ir...




Una situación común que se plantea en una investigación se relaciona con familiares que quedan arraigados a seres queridos para poder pasar más tiempo con ellos. Por ejemplo, un padre que siempre quiere estar junto a sus hijos para ayudarlos, cuidarlos. En el caso de tener dudas sobre si en sus casas hay algún pariente que no quiere seguir su camino, lo mejor es hablar al aire, demostrarle cariño y manifestar la importancia de que continúe adelante para que ustedes puedan seguir con su vida.




3- No cazar fantasmas, no es un juego




Quienes están pasando por esta situación muchas veces preguntan si ellos mismos pueden hacer grabaciones con distintos medios para obtener voces que no están presentes o realizar interacciones como los investigadores paranormales. La respuesta es muy sencilla: no se aconseja por muchas razones. Los investigadores suelen tener una formación para realizar estas tareas y saben cómo actuar en cada caso. Pero sobre todo, al momento de mostrar lo que pudieron recolectar en el lugar, guían a la persona para que asimile los hallazgos. Al hacerlo uno mismo, puede llegar a escuchar algo para lo que no está preparado y reaccionar de manera insospechada.

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