Una vision un poco mas profunda sobre la tematica zombie y del mundo paranormal lo que nos rodea y no podemos ver
viernes, 19 de junio de 2015
El hilo misterioso que nos conecta con el Universo
el fenómeno que hace que las cosas sucedan en el preciso instante que lo pensamos sin que haya una explicación lógica. El secreto de esto estaría guardado en la psiquis de cada uno de nosotros.
Podría definirse como el punto mágico en el cual coinciden los sucesos que trascienden la realidad convencional o el instante preciso en que las personas y las cosas parecieran estar unidas por lazos invisibles capaces de enhebrar cada uno de sus movimientos.
¿De dónde proviene este fenómeno que por momentos atrapa y hasta es capaz de mantener en un puño el pensamiento filosófico y científico universal? ¿Cuándo y de qué manera puede influir en la vida de cada uno de nosotros?
A partir de aquí trataremos de arribar al menos a una aproximación de lo que significa el principio de sincronicidad que, hasta donde sabemos, podría explicar el enigmático orden de los sucesos que sin una causa aparente se concatenan en todo el Universo. Las cosas suceden en forma misteriosa y la respuesta estaría guardada en nuestro propio intelecto.
Claves del acceso
En primer lugar, deberemos tener en cuenta que en el camino vamos a encontrar ciertas dificultades ya que, si bien en nuestras experiencias personales logramos advertirlo, tal vez en la práctica no seamos capaces de explicar por qué suceden eventos que se entrelazan sin tener una causa, al menos no una que podamos descubrir y palpar dentro de los límites de la lógica. No es causa-efecto, sino algo mucho más complejo que hace que distintos hechos estén emparentados de una manera mágica y, por qué no decirlo, sobrenatural.
La prueba científica
Para quienes se atrevieron a elaborar los primeros ensayos sobre el tema se presentaría como uno de los aspectos más complejos y cautivadores del pensamiento y, aunque el concepto de sincronicidad existe al menos desde el tiempo de los Vedas –los cuatro textos más antiguos de la literatura india –, fue el psicólogo suizo Carl Jung quien acuñó el término e inició el estudio de esta cuestión de manera rigurosa. Mediante este principio intenta demostrar una forma de conexión entre fenómenos o situaciones de la realidad que se enlazan de manera no causal, esto es, como advertimos en el párrafo anterior, la ligazón no responde a la tradicional lógica que enuncia el principio filosófico causa- efecto.
Fundamentos de una concordancia mágica
Jung los expuso a través de dos de sus escritos elaborados en 1952 cuando, al enarbolar el concepto de sincronicidad, reconoció el principio de conexiones no causales basándose en estudios anteriores y en las teorías científicas de Kepler. Así reveló que la manera en que los fenómenos se vincularían sería a través de su significado. Consciente de la vastedad y dificultad de este enunciado, ensayó diversas definiciones para realizar un acercamiento teórico. Empezó desde lo más general y sintético para decir que se trata de la ocurrencia temporal. Explica que un típico ejemplo de sincronicidad se da cuando una persona constata que una imagen mental suya, netamente subjetiva, es reflejada en un evento material que es exterior y no depende de ella. Para él esa concordancia está en el nivel del significado de una imagen mental con un fenómeno material. Esto ocurre en forma simultánea, por lo que señala que las sincronicidades son concordancias significativas no causales.
Casos reales
El autor cita dos casos prototipos, pero se abstiene de dar una explicación dirigida a hacer cambiar de opinión a quienes ven solament casualidades. Los recoge a modo de exposición de la manera en que suelen presentarse en la vida práctica las coincidencias de sentido. Apartado de su rol científico, se introduce en lo cotidiano y muestra cómo llegó a la elaboración de su tesis.
Cuenta que una joven paciente soñó, en un momento decisivo de su tratamiento, que le regalaban un escarabajo de oro. Mientras ella le contaba el sueño, él estaba sentado de espaldas a la ventana cerrada. De repente, oyó detrás de sí un ruido como si algo golpeara suavemente la ventana. Se dio media vuelta y vio afuera un insecto volador que chocaba contra el vidrio. Abrió la ventana y lo cazó al vuelo. Para el autor era la analogía más próxima a un escarabajo de oro que pudiera darse en esas latitudes. Al parecer el insecto, en contra de sus costumbres habituales, se vio en la necesidad de entrar en una habitación oscura precisamente en ese momento.
En el otro caso la mujer de un paciente le contó en una conversación coloquial que, cuando murieron su madre y su abuela, se congregó, ante las ventanas de la habitación de las fallecidas, un gran número de pájaros, cosa que Jung ya había oído contar más de una vez a otras personas. Cuando el tratamiento del hombre estaba a punto de concluir porque había desaparecido la neurosis, le aparecieron unos síntomas leves que el psicólogo atribuyó a una afección cardíaca. Lo remitió a un especialista que, tras el primer examen clínico, le comunicó por escrito que no le había encontrado nada que fuera motivo de preocupación.
Cuando el paciente regresaba a casa tras esta consulta, con el informe médico en el bolsillo, se desplomó de repente en plena calle. Al trasladarlo, moribundo, a su casa, su mujer ya estaba inquieta y asustada porque, al poco rato de haber marchado su marido al médico, se había posado en su casa una bandada entera de pájaros. Como es natural, inmediatamente recordó los similares sucesos que habían tenido lugar cuando murieron sus parientes y temió lo peor.
Experiencias cercanas
A todos nos ha pasado en alguna ocasión una coincidencia tan improbable que nos resulta mágica y, a la vez, perturbadora y misteriosa. A quién no le ha ocurrido algo parecido a una premonición: piensa en una persona o en un sitio determinado y, por extrañas razones, de repente se ve frente a ellos. Decenas de testimonios vienen a cuento y en cada uno existe un común denominador: la conexión entre sucesos y el pensamiento idéntico. En ciertos casos tienen que ver con los sueños o con la evocación de algún lugar que de pronto y sin una explicación lógica tenemos la necesidad de visitar. No habría modo de sortear este fenómeno que se presenta como una misteriosa alineación donde pareciera que las cosas se ensamblan con hilos invisibles que podemos vislumbrar solo por momentos, en estado de conciencia muy especial.
De qué hablamos...
Hay ciertas líneas de pensamiento que basadas en la física más simple inducen a reflexionar, incluso a concluir, que todo, absolutamente todo, en el Universo es energía. Como tal la energía se interrelaciona de maneras que aún los científicos intentan develar... pero sin duda, esta conexión existe en cualquier ámbito de nuestra vida cotidiana. El pensamiento, la palabra, etcétera, forman parte esencial de este tipo de relación. Por lo tanto no es ilógico interpretar estos estudios de Jung y concordar con él en el punto exacto donde un pensamiento, ya sea en forma consciente o inconsciente, se procesa y manifiesta de manera tal que puede hacerse visible ante nosotros.
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