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jueves, 18 de junio de 2015
Las misteriosas sombras del Palacio Paz
La construcción, que ahora es sede del Círculo Militar, fue encargada en 1902 por José Camilo Paz, quien fue embajador argentino en París. El hombre murió antes de poder habitar la mansión, su esposa falleció al poco tiempo y uno de sus hijos
habría llegado a describir las sombras de sus progenitores girando alrededor de él.
La mansión Paz fue una de las más imponentes residencias particulares que se construyeron a principios del siglo XX en la ciudad de Buenos Aires y, aunque ya no funcione como tal, guarda un secreto inconfesable enmarcado por las sombras de un presunto maleficio.
Se dice que una serie de enigmáticos sucesos que acontecieron repentinamente habrían obligado a sus dueños originales a mudarse de la deslumbrante propiedad que, luego de permanecer deshabitada durante algún tiempo, fue adquirida por el Estado nacional en 1938 para transformarla en sede del Círculo Militar, Biblioteca Nacional Militar y Museo de Armas de la Nación.
El lujoso palacio, al que se señala como objeto de raros designios y causa de infortunios familiares, fue diseñado por el arquitecto francés Louis-Marie Henri Sortais por cuenta y orden del doctor José Camilo Paz, quien nunca llegó a habitarlo porque falleció dos años antes de su inauguración.
Los datos históricos, que como veremos más adelante marcan una estrecha relación con las aspiraciones políticas del doctor Paz, refieren que la construcción se llevó adelante entre los años 1902 y 1914, y es considerada el más notable y acabado ejemplo de residencia urbana concebida para ese tiempo.
Con sus treinta y cinco dormitorios y dieciocho baños, además de un centenar de lujosas dependencias, fue el hogar de nueve personas y el más opulento espacio laboral de su época. Se pudo saber que en el breve tiempo que fue habitada por los Paz trabajaron en ella unos sesenta sirvientes, incluidos los choferes y jardineros.
Siluetas indescifrables
La formidable residencia, que fue emplazada en un terreno irregular ubicado en el extremo de una manzana frente a la plaza San Martín, sobre el que se levantaron tres alas orientadas a la avenida Santa Fe y las calles Maipú y Marcelo Torcuato de Alvear, en pleno barrio de Retiro, tuvo una historia muy particular que a partir de la muerte de su mentor desencadenó inquietantes derivaciones.
Dos años antes de su inauguración, el doctor Paz falleció en Mónaco, por lo cual nunca llegó a habitarla, aunque sí lo hicieron su esposa e hijos junto a unas sesenta personas que realizaban las tareas de servicio doméstico.
Al poco tiempo murió la mujer y en la mansión solo quedó uno de los hijos del matrimonio, que apenas pernoctó unos meses y decidió mudarse. Se dijo que la pérdida de sus padres lo había afectado demasiado y algunos tejieron versiones relacionadas con la vivencia de hechos misteriosos. Una de ellas mencionaba testimonios alucinantes que hacían alusión a ruidos extraños en las habitaciones y la presencia de fantasmas.
El joven habría llegado a describir episodios en los cuales veía las sombras de sus progenitores girando alrededor de él. Luego la familia se desligó de la propiedad y curiosamente nunca más habló del tema. Sin embargo, se dice que en aquel momento hubo quienes afirmaron que algo muy extraño sucedía en la bella mansión asediada por las curiosas sombras.
Una de las citas tuvo que ver con la presunta aparición de espectros en la gran galería de estilo renacentista. Eran siluetas indescifrables que irrumpían en el sitio donde se ubican dos aparadores tallados con figuras y escenas del siglo XVI, y con la misma perspectiva se habrían observado sobre un mueble buffet y dos copones de mármol con relieves de bronce fundido con pedestales. Todos coincidieron en que se trataba de imágenes confusas que además se pudieron observar en los dormitorios, el salón de baile y el comedor principal con la gran chimenea de nogal italiano.
Relatos inquietantes
Quienes en su momento advirtieron, con inquietud y temor, la presencia de fantasmas en la fastuosa mansión se refirieron con bastantes coincidencias a unas sombras que en ciertos momentos de la noche la merodeaban. Se pudo saber que una de las primeras personas que las mencionó fue el hijo mayor de la familia Paz, aunque después prefirió no hablar sobre el tema y argumentó un supuesto error de apreciación.
El joven señaló la luz y la proyección de su misma figura sobre uno de los mobiliarios y en las paredes del salón principal donde se hallaba aquella madrugada en la que sospechó estar rodeado por las sombras de sus padres ya fallecidos. Curiosamente fueron estas mismas sombras las que describieron días más tarde una de las empleadas domésticas y al menos dos de los sirvientes que se ocupaban del mantenimiento de los mármoles, el bronce y la platería. Frente a estos testimonios, algunos creyeron ver el argumento de una novela fantástica; en cambio otros los relacionaron con un oscuro maleficio.
Aristócrata y embajador
Paz, fundador del diario La Prensa y embajador argentino en París desde 1885 hasta 1893, fue un importante miembro de la aristocracia y un cabal representante de la generación del 80, que condujo el país a fines del siglo XIX.
En 1900 viajó a Europa y encargó al prestigioso arquitecto francés Louis-Marie Henri Sortais el diseño de una mansión de dimensiones inusitadas para la geografía porteña, con unos 12.000 metros cuadrados cubiertos, en los que se encuentran 140 habitaciones y ambientes varios. También poseía un gran jardín de invierno.
Fascinado por la cultura francesa
Sin duda fue un personaje muy singular de aquellos tiempos que, apoyado en sus ascendentes vinculaciones políticas, emprendió la construcción de este pretencioso proyecto inspirado el los châteaux franceses como el de Chantilly. La fachada principal del edificio se asemeja a los típicos castillos galos, pero José C. Paz no llegó a verla terminada, ya que falleció en 1912.
El arquitecto Sortais, que nunca estuvo en Buenos Aires, tampoco vio concluida su obra porque murió en 1911. La dirección de la construcción, que insumió doce años, estuvo a cargo del prestigioso arquitecto e ingeniero argentino Carlos Agote.
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