Un acuerdo con el más allá

Una familia que habita una casa de la localidad bonaerense de Burzaco llegó a un "pacto" de no agresión con seres desconocidos




La familia que habita la calle Angonelli al 2.400, de la localidad de Burzaco se contactó tiempo atrás con el Grupo de Crónicas Paranormales, preocupada por varios temas, pero tal vez el más importante era que tenían tanto terror de habitar esa casa, que la pusieron en venta durante un muy buen tiempo.

A pesar de esto, y de intentar refaccionarla para acelerar la operación, la obra no avanzaba por el miedo que sentían albañiles y constructores, que padecieron la desaparición de herramientas, rotura de maquinarias, mientras que varios arreglos duraban poco y nada y volvían a romperse. En estas condiciones, dos adultos, una adolescente y un niño pequeño de 9 años, no pueden descansar en paz, se inquietan por las noches, ven sombras y hasta se sienten invadidos en su propia cama. Al pedirles que se explayen sobre lo que sucedía en el lugar y que podían percibir, relatan datos muy puntuales:
Hace 14 años que viven en esa vivienda.
No la pudieron vender pese a muchos intentos: la gente la visita, les gusta, pero no se da la venta.
Al iniciar obras y arreglos, dicha actividad extraña se activó aún más.
Años atrás, al cavar en un extremo del patio encontraron una bolsa con huesos aparentemente humanos. Llamaron a la policía que, al investigar, les dijo que hacieran la denuncia que hallaron huesos de animales, porque de lo contrario deberían tener que remover con palas todo....
Pese a que arrojaron esos restos, poco después hallaron más, que podían ser de tres humanos, pero sin consultar a nadie los tiraron, sin sepultura o ritual.
Desaparecen cosas todo el tiempo, y aparecen al rato o en los siguientes días, generalmente en otro lugar.
Acuden a gente de una secta umbanda, quienes refirieron la existencia de dos entidades, una señora mayor y un nene. En ese tiempo, se encienden las computadoras solas y se escuchan ruidos. Una vez la radio arrancó sola, ¡pero estaba desenchufada!.
Tras arreglar el encuentro con Crónica Paranormales, la dueña de casa, Patricia, les pidió a los obreros que trabajaban en el lugar que estuvieran tranquilos. Sin embargo, estos tenían sus celulares donde ahora hay un espejo, y no bien culminó el diálogo, tres teléfonos móviles volaron directo a la cabeza de los obreros.

Ruegos en voz alta
Un día Patricia, cansada de que los albañiles renunciaran, se paró en el living y comenzó a decir en voz alta que están arreglando la casa para que sea más linda, que dejen de molestar porque si no la va a prender fuego y se iban a tener que ir, que quieren dejarla bien, no solo para su familia, sino también para... las entidades que habitarían el lugar. Lo sorprendente es que, a partir de ello, las irregularidades se calmaron un poco.

La investigación
Con esos datos, la investigación se inició con algo de escepticismo y se intentó en todo momento desacreditar ciertos eventos. Así, se certificó que, como la casa está en una ochava y las luces de los autos que recorren la calle al doblar generan un efecto de sombra, se tiene una explicación lógica.

Se analizaron sonidos extraños y ruidos recurrentes, y efectivamente la casa es muy ruidosa y en los alrededores se escuchan movimientos y música hasta altas horas de la noche.

Con cautela, se cubrió habitación por habitación en entradas de unos 15 a 20 minutos, con períodos de descanso del lugar por otros 10 minutos, mientras el grupo retornaba a la cochera, donde se armó la base de operación. Se efectuaron entradas con los cuatro integrantes del grupo (Ariel López, Marco Bustamante,Guillermo Barrientos y Jorge Fernández Gentile) y en cada una se la casa en obra. los albañiles no la pasaron bien allí. buscó captar respuestas a preguntas efectuadas, entre grabaciones de audio y videos, más uso de sensores de campo electromagnético, sensores de movimiento, cámaras infrarrojas y micrófonos especiales...

Tiempo de acción
A las 3 de la madrugada se decidió armar dos grupos, para reducir presencias. Al hacer esto, uno logró que el sensor de movimiento se encendiera sin causa aparente en la cocina, y en la misma sesión uno de nuestros K2 (dispositivo que mide el CEM y se utiliza para interactuar con las entidades) tuvo una reacción muy fuerte, observada por Ariel López y Gentile, antes de regresar a la base.

Minutos después, otra formación, nuevamente con Gentile, pero ahora junto a Barrientos, consiguió una interacción mucho más alta y algunas respuestas concretas que antes no habían obtenido, a través de los medidores.

Fue una noche movida, pero lo clave fue que se pudo hablar con la familia y sensibilizarla de alguna forma sobre que está sucediendo, que entendieran que las entidades presentes no son agresivas y por lo que se pudo captar hasta entonces, no deseaban irse o que ellos lo hicieran.

Cambia el clima
Rápidamemente la familia cambió de actitud para con las entidades del lugar. Esa misma noche, Patricia, hablando en voz alta pero pausada y firme, rogó que si coexistían tranquilos, no iban a vender la casa y que pondrián todo para dejarla óptima. Increíblemente, las molestias cesaron en el lugar... Pese a ello, el equipo siguió revisando el material para poder dar respuestas más concretas.

Tiempo de devolución
​Pasados 15 días de análisis, parte del equipo retornó a la casa que ya lucía diferente y se había avanzado mucho con la obra. Los dueños explicaron que tras su cambio de actitud, en donde intentaron vivir en armonía con aquello que sentían y, a la vez, hacer una especie de pacto de convivencia, la actividad cesó casi completamente, salvo por una o dos ocasiones en las que percibieron sombras o cambios de temperatura, aunque también esto puede ser debido a sugestión por todo lo que vivieron. El niño contó que desde entonces duerme sin miedos y que por primera vez en mucho tiempo, descansa... El resto afirmó también que están cómodos en el lugar, sin miedo y que hasta viven acompañados.